Colócala de manera que cubra todo el ancho de la cama y sobresalga en la parte frontal, dejando un margen suficiente en los laterales para equilibrar la composición del espacio. Si la disposición incluye otros muebles, como un banco al pie de la cama o un sillón en un rincón de lectura, asegúrate de que la alfombra forme parte del conjunto de manera armoniosa.