Los bebés pueden utilizarlas desde sus primeros meses, siempre bajo supervisión. Para recién nacidos, busca modelos con superficies suaves y sin elementos pequeños. Las alfombras con actividades sensoriales son ideales a partir de los 3-4 meses. A medida que el bebé comienza a gatear, alfombras más amplias le permitirán moverse con libertad en un entorno seguro.